5 mitos del Antiguo Egipto que siempre creíste ciertos

5 mitos del Antiguo Egipto que siempre creíste ciertos

Nunca podremos recuperar el pasado. Se ha ido para siempre. Un segundo antes de ahora — justo cuando lees esto—te ha sido robado y nunca, nunca, volverá a repetirse. ¿Cómo entonces, siendo lo inmediato ya inaccesible, puede serlo lo que ocurrió hace miles de años? Imposible.

Hay cosas que nunca vamos a poder conocer. Simplemente, escapan de nuestro alcance. No se trata de una imposibilidad intelectual, sino que las condiciones temporales lo impiden. El pasado lejano, por ejemplo, es una de esas cosas. Podemos armar una historia a partir de vestigios encontrados, pero nunca nos constará que, de hecho, haya sucedido así. Sólo nos quedan las hipótesis.

Lo que sucedía en el Antiguo Egipto, es una de esas cosas. Por años hemos ido recogiendo versiones que guardamos en nuestra cabeza y con ella creado una idea. A continuación, te mostramos 5 mitos que siempre creíste ciertos pero no lo son.

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“Cleopatra era hermosa”

Decir que Cleopatra no era bella, podría ser cierto pero correríamos un riesgo de interpretación. Pese a lo que la historia —y las películas— nos han hecho creer, las proporciones y facciones de Cleopatra no eran, para nada, lo que hoy consideraríamos bello. Estudios recientes han revelado que la “última reina del Antiguo Egipto” era de estatura baja y formas abundantes. Sin embargo, habría sido su inteligencia y habilidad intelectual la que consiguió conquistar a Julio César y Marco Antonio.

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“Las pirámides fueron construidas por esclavos”

Los constructores de pirámides eran hombres libres, quienes recibían recompensa por su trabajo. No fueron 100 mil esclavos como lo dijo Herodoto, sino cerca de 5 mil personas quienes eran convocados y, de manera voluntaria, accedían a trabajar. El pago solía ser en especie. Zahi Hawass y Mark Lenher son dos investigadores que han desmontado el viejo mito del esclavismo en la construcción; según sus investigaciones, en la circunferencia de la pirámide se encontraron esqueletos de pescados y vasijas, por lo que sostienen la hipótesis de que se les proveía de alimentación y que sólo se trataba de una ocupación temporal.

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“Todos los egipcios eran momificados”

La momificación era sólo para quienes podían pagarla. Es decir, para los egipcios comunes y corrientes, esta no era una opción. El sentido de la momificación era conservar el cuerpo en un estado reconocible. Pero el proceso de embalsamiento no era sencillo y accesible para cualquiera. Los menos afortunados eran enterrados entre carne de animales y sobre vendas. Finalmente, los cuerpos se depositaban en la arena, donde tenían una desecación natural.

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“Andaban en camellos”

A pesar de la imagen mental que todos compartimos de un camello andando por la arena ardiente, estos animales no eran el modo más común de transporte para los antiguos egipcios. Es verdad que se utilizaron para este fin, pero no fue sino en un periodo tardío. En realidad, eran asnos los que se servían para transportarse pequeñas distancias con cargas para comerciar. No obstante, el principal medio de transporte no era terrestre; para ir de una ciudad a otra a lo largo del curso del Nilo, los egipcios de la Antigüedad utilizaban embarcaciones construidas con tablas de manera manejadas por más de 30 personas.

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“Sólo los hombres eran faraones”

Las mujeres también podían reinar en Egipto. La historia oficial considera a 7 mujeres que estuvieron en el trono —contando a Cleopatra, que era griega— Tausert, Nefertiti, Ahhotep I, Hatshepsut, Neferusobek y Nitocris, aunque nunca se han eliminado las diferencias, las mujeres tenían derechos iguales a los hombres.

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De acuerdo a Matt Elton, en entrevista con BBC Mundo, los malentendidos sobre el Antiguo Egipto radican, esencialmente, en sus fuentes. Según él, esta información proviene esencialmente de cuatro: la Biblia; los antiguos griegos; los estudiosos franceses del siglo XIX y historiadores alemanes en el XX.

Sea como sea, el pasado siempre será un misterio que para conocerlo y comprenderlo, sólo podemos basarnos en hipótesis formadas por hallazgos arqueológicos.